viernes, 20 de abril de 2012

Noche sosa, pero de todo se saca provecho

Doy una vuelta por el Copper. Son las 22.00 horas aproximadamente. Poca gente. Muy poca. Me pido una cerveza. Hay un madurito con un chaval más joven. El chaval le come el rabo con ganas. Vamos, con premeditación y alevosía, podría decirse. Se nota que la sabe chupar bien y que le gusta.

Se lo montan al lado mismo de la barra. El Chaval se apoya en el mostrador y el otro lo encula despacio, dándole palmadas en los cachetes. Suspira el muchacho. Pero dura poco. Sigue chupándole la polla. Se van hacia la habitación de entrada. Me asomo. Y sigue mamándosela. Empieza a ser aburrido. Pero allí mismo hay dos chavañles de los que se ocupan del bar. Están metiéndose mano a saco. Al rato, se ponen a follar. Cuando mejor están suena el timbre y el que está siendo follado se levanta de golpe y se dirige hacia la puerta, dejando al otro con la polla tiesa. Sonrío. Y me meto dentro.

Va llegando gente. Uno de ellos es un maduro, bastante maduro. Me da morbo. Lo veo entrar en el cuarto oscuro y le sigo. Está sentdo en la cama. Me acerco a él y me coge la polla y se la lleva a los labios. Me chupa bien durante unos minutos. Bien.

Al rato lo deja y me salgo hacia la barra. Veo que alguien se ha bebido mi botella de cerveza y me ha dejado la suya vacía. No le doy importancia. Siempre hay caras por todos lados. Qué vamos a hacerle.

Se forman pequeños grupos junto a la barra. Bueno, más que pequeños grupos, realmente lo que hay son parejas que no parecen tener demasiado interés en admitir a otros. Me jode, pero lo respeto. Creo que cada uno es dueño y señor de sus actos. Así que me limito a mirar. Tampoco está tan mal. Mirar es otro placer.

Al rato, el maduro se mete dentro del cuarto oscuro y antes me lanza una mirada. Entro detrás de él y ya me está esperando. Le acerco la polla y chupa con ganas. Me acaricia los huevos. Yo le aprieto los pezones y él mama más deprisa. estamos un buen rato. bajo la mano para acariciar su polla, pero noto que apenas está empalmado. Se la acaricio y me dejo hacer.

Estamos así un largo rato. Hasta que siento como mis huevos suben hacia arriba y que mi eyaculación está a punto. Se lo digo. Le advierto, pero chupa más fuerte mientras me aprieta el culo contra su cara. Sé lo que quiere. Quiere mi lefa en su boca. Me muevo follándole la boca. Cada vez más deprisa. Descargo en su boca. Su lengua me recorre el capullo buscando la leche. Chupa y chupa limpiándome de semen.

Le acaricio la cabeza. Hay maduritos, como yo, magníficos. Nunca he entendido la prevención que algunos sienten por ellos. La chupan, la chupamos, con ganas y solemos ser respetuosos y amables. No aguanto los pesados que se empeñan en participar cuando se les niega, pero normalmente solemos entender perfectamente si nos rechazan y nos alegra que nos dejen participar. Como cualquiera, independientemente de su edad.

Me lavo las manos. Y salgo al bar. Siguen las mismas parejas chupándose y el chaval sigue chupando la polla del hombre más mayor. No ha sido un gran noche, pero, al menos, me han dado una buena mamada. Yo no he podido dar ninguna, pero otra vez, será