lunes, 29 de octubre de 2012

El portero

Soy poco dado a las citas a ciegas. Pero un día, aburrido, encendí uno de esos programas que mandan mensajes telefónicos. Llamé a uno de ellos. Hablamos y vivía no muy lejos de casa. Le aclaré que, en principio, se trataba de conocernos, nada más. Que luego veríamos.

Quedamos en una cafetería cercana. Nos habíamos descrito y no fue difícil encontrarnos. Llego unos minutos antes y espero. Lo reconozco nada más entrar. Le hago una seña y viene a sentarse a mi mesa. Charlamos largo rato. Era un hombre de unos cuarenta y tantos años. No muy delgado, pero estaba bien. Se le ve tan nervioso como yo.

Aclaramos que podíamos intentarlo. Tanto él como yo dejamos claro que iríamos sólo a ver qué pasaba. Los dos coincidimos en que ninguno de los dos queríamos de momento penetración. Me dice que tiene sitio y caminamos unos diez minutos hasta su casa. Me explica que es portero de la finca y que tenía allí mismo un piso.

Nos sentamos en el salón. Me ofrece una cerveza y comenzamos a charlar. Poco a poco nos vamos acercando hasta empezar a morrearnos. No lo hace nada mal. Una lengua gruesa que busca la mía y recorre mi boca. Echo mano de su polla que ya esta empalmada. Nos acariciamos por encima de la ropa. Nos desnudamos y, yo sentado en el sofá, se pone de rodillas y empieza a mamarla.

Era todo un experto. Me gusta que me chupen despacio, sin prisas. Y él parece no tener ninguna prisa. Me chupa una y otra vez, llenándome de saliva la polla. Me encanta ver mi polla tiesa, reluciente de saliva. La suya está a reventar. Se pajea lentamente. Le levanto y le pongo de pie ante mí. Cojo su polla y me la llevo a la boca. Es suave y tersa. Con un ligero sabor agrio. Le chupo deprisa. Gime. Me acaricia la cabeza.

Nos tumbamos en un 69 y nos dedicamos a darnos placer. Estamos así un buen rato.Creo que está a punto de correrse y me incorporo. hace lo mismo. Se levanta del sofá y se pone delante de mí, vuelto de espaldas, ofreciéndome el culo. Se separa los glúteos con las manos y me muestra el agujero. Es rosado y pequeño. Se mete un dedo mientras se contonea. pero no sé por qué no me apetece.

Volvemos a chupárnosla. Gime cada vez más fuerte. Dice:
-Me voy a correr.
Le separo de mi boca y le hago una paja cada vez más fuerte. Grita y un chorro de semen le sale a borbotones. Le cae la lefa en su tripa y se la extiendo con mi mano por los pelos del pubis. Le muerdo los pezones despacio. Gime y se relaja.

Al rato me pone de pie y él, sentado en el sofa, comienza una mamada apresurada. Noto las palpitaciones previas a la eyaculación. Le baviso y me pide que se la eche en sus tetas. Me corro sobre ellas. Me acerca sus manos manchadas de mi semen a la boca. Le chupo los dedos y suelto otro chorro.

Se deja caer a mi lado, sonriendo. Dice:
-Joder, qué bueno...

Estamos un rato descansando. Al rato se levanta y me trae papel higiénico. Me limpio y le pregunto si puedo ducharme. Me lleva al cuarto de baño.

Me acompaña a la puerta. Nos decimos que volveremos a llamarnos.

Días después le llamo. Estoy caliente y quiero otra sesión de sexo. Pero no vuelve a coger el teléfono.

viernes, 20 de julio de 2012

Aburrimiento

Voy al Copper. Por la tarde. Unas veinte personas. De todo tipo. Estaba aburrido y decidí darme una vuelta, sin muchas esperanzas. Algo de sexo, alguna mamada y poco más. Tomo una cerveza y observo al personal. Cada uno está solo. Delante de sus botellas o sus vasos. No hablan con nadie y yo, visto el panorama, tampoco lo hago.

Hay algunos recostados en la pared. Entro al cuarto oscuro. Desolación. Dos o tres contra la pared se pajean despacio.  Me siento en el camastro por si hay suerte. No la hay. Se acerca uno de los muchachos a mi lado, pero no tiene intención de más. Acerco mi mano a su polla y se retira como una virgen ofendida. Me voy fuera. Tomo mi cerveza. A mi lado hay una pareja sentada con dos buenos pollones que se acarician mutuamente mientras se morrean con fuerza.

No parecen necesitar a nadie y, en consecuencia, ni se me ocurre molestar. Sigue entrando gente. De todo tipo. Un mulato se pone a mi lado. Lleva calzoncillos y se acaricia por encima mirando la peli del video. Al rato me meto de nuevo al cuarto oscuro. Me siento y el mismo que antes me rechazó se me pone delante. Tiene una bonita polla. Estoy por mandarle a la mierda, pero, al fin y al cabo, aquí uno no ha venido a enamorarse.

Se la acaricio. Me la acerca a la boca y le paso la lengua por el capullo. Es suave. Dejo que me la ponga entre los labios y, finalmente, la chupo unos instantes. Me folla despacio la boca. Estamos un rato. Me bajo hasta sus cojones y se los chupo mientras me pajeo. Casi de mutuo acuerdo, al rato lo dejamos.

Cerca de mí está el mulato y otra persona de pie. Se las está chupando a los dos un tipo sentado en la cama. Me pasa la polla del mulato. No es grande, pero es recta y está durísima. Durísima. Se la mamo un buen rato. El mulato suspira y se deja comer la polla. El que me la ha pasado sigue con el otro. Se levantan y van hacia los baños. El mulato les sigue. Yo no tengo ganas de encerrarme con nadie. Vuelvo a salir. El ambiente sigue siendo aburrido. Los mismos tíos pegados a la pared, acariciándose el pene, los mismos acodados con cara de aburrimiento frente a sus copas.

Pienso que es absurdo venir aquí a beberse una copa en pelotas. Parece que lo más lógico sería venir a por sexo, sea el que sea. Pero hoy no es el día. Nadie hace intención ni siquiera de hablar. En ocasiones así echo de menos un amigo con el que compartir estos momentos de morbo. Incluso, alguna vez he pensado recurrir a los mensajes para quedar con alguien. Es mejor tener a alguien con el que charlar, acariciarse o chupársela sin problemas que andar dando vueltas y aburrido. El amigo del que he hablado en otras ocasiones no es fácil de convencer para que venga conmigo a estos sitios.

Me visto. Pago y me voy.

miércoles, 13 de junio de 2012

Mi amigo y poco a poco

Vamos mi amigo y yo a una sauna. Para él es su primera vez. Yo he ido alguna vez más. He compartido a una amiga. Y nos lo hemos pasado muy bien. No pudimos follarnos, pero fue bien.

Esta tarde hemos decidido ir a una sauna. me cuesta convencerle. Tiene miedo a que alguien le vea. Por fin se decide y entramos. Nos desnudamos y damos una vuelta. Nos duchamos y vamos hacia el cuarto oscuro. Nos besamos. El me introduce la lengua y gime. Le acaricio la polla. No dejamos de besarnos. Alguien se acerca y le acaricia el culo apartándole la toalla.Noto que le gusta, aunque hace gestos de apartarse, pero la polla se le pone cada vez más dura.

Me dice: "Vamos a una cabina". Intento dejar la puerta abierta por si alguien se anima a unirse a nosotros. Pero él la cierra. Le siento en la colchoneta y le quito la toalla. Tomo su polla y comienza a chupársela. Gime cada vez más fuerte y me acaricia la cabeza. Está muy salido. Siento el precum en la boca. Le advierto que no se corra. Me dice: "Métemela".

Sé que desde hace tiempo tiene esa fantasía, aunque nunca hemos podido llevarla a cabo. Le tumbo y le pajeo, alternando con chupadas. Me meto sus huevos en la boca. Luego, le doy la vuelta y le acaricio el agujero del culo. Se deja hacer. Respira agitadamente.

Le paso la lengua. Nos tiramos casi diez minutos. Yo me pajeo y él está cada vez más salido. Me pongo un condón y lo intentamos. Casi grita. Gime: "No puedo, no puedo. Duele". Sigo chupándole. por debajo le acaricio la polla que está apunto de reventar.

Se incorpora y se arrodilla delante de mí. Me chupa con ansia. Noto su lengua que me recorre la longitud del pene. Lo hace bien y yo siento que me voy a correr. Se lo digo y se aparta justo cuando suelto mi lefa en su pecho. Se tumba de nuevo. Tiene la polla más blanda. Le pregunto si se ha corrido y me dice que sí. Vuelve a tumbarse. E inicio una nueva mamada. Gime. Se retuerce y casi sin avisar suelta un nuevo chorro de leche.

Nos tumbamos juntos y nos besamos. Al poco rato, nos duchamos y nos vamos. En la calle me dice que se lo ha pasado de miedo. "La próxima vez, añade, tenemos que intentarlo de nuevo. Tengo ganas de que la metas". a veces no hace falta follar para pasarlo bien, le contesto.


lunes, 21 de mayo de 2012

Cine

Hace años que no voy. De hecho, no sé si he ido dos o tres veces. Pero esta tarde estoy muy salido y sin ganas de andar por saunas o bares. Paso por el cine X, el que está cerca de Tirso de Molina. Entro. Me cuesta acostumbrarme a la oscuridad.

Subo a la primera planta. Me sorprenden las butacas, aparentemente cómodas. Paso la mano por el asiento, ante el temor de que alguien haya dejado allí su corrida o un preservativo. No hay mucha gente, pero sí hay bastante movida. Cuando me acostumbro a lo oscuro, mis ojos contemplan al fondo un grupo de gente. Me fijo bien y veo a un muchacho completamente desnudo que está siendo follado por una persona algo más mayor, con los pantalones por los tobillos. Se escuchan sus jadeos por encima del sonido de la película.

El muchacho follado se está besando con otro mientras otro más le pajea. Se me pone dura. A mi alrededor veo gente que se la mama a otros en las butacas. Me saco la polla y empiezo a masturbarme lentamente. Se acerca a mi asiento un hombre maduro, de mi edad, más o menos. Se queda de pie un instante y, por fin, se sienta en la butaca de al lado.

Casi sin preámbulos dirige su mano hacia mi polla. Le miro. Ahora le veo bien. Es un hombre mayor. No me importa. Su acercamiento es educado y tranquilo. Huele bien, a colonia fresca. Si tuviera alguna duda, eso me decide. Aparto mi mano y le dejo que me acaricia la polla. Lo hace bien. Me sube y baja el prepucio con suavidad. Se saca su pene. Está morcillón. No tiene que decirme nada. Se lo cojo. Está caliente y suave. Me sigue gustando cada vez más esa sensación de la polla suave, sentir como se endurece, la carne que pasa casi a hueso. Su calor. le pajeo.

En un momento determinado él se inclina sobre mí y busca mi pene con sus labios. Me chupa, me llena de saliva. Lame muy bien. Me busca con los dedos los huevos y los acaricia, sin dejar de chuparme. Me encanta. Con dificultades por su postura, intento seguir masturbándole. Sé, por experiencia, que se chupa mejor, y con más ganas, cuando tú también recibes placer. No se le ha puesto dura del todo. Pero es una sensación que me gusta. Le palpita la polla. Aumenta la succión.

Estamos así un buen rato hasta que le aviso de que me corro. Chupa más deprisa. Cada vez hay más gente que le gusta recibir la lefa en la boca. Yo todavía no me he acostumbrado. Procuro que no lo hagan conmigo y, por eso, aviso siempre. El que me está chupando es de los que les gustan tragar la leche. No deja de chupar cada vez más intensamente. Me aprieta los huevos. Estallo en su boca y siento los últimos chupetones mientras mi lefa se derrama en su lengua. A la vez, noto mi mano empapada de su leche. Gime mientras aprieta su polla entre mis dedos. Le embadurno bien. Respira profundamente. Me dice: "Gracias". Le respondo: "A ti".

Se levanta mientras se abrocha la bragueta. Busco un kleenex y me limpio. Con él en la mano me dirijo al baño. Me cuesta llegar al lavabo. Hay varias personas enrolladas. Se están pajeando y mamando, sin importarles quien entra y sale. De los váteres salen gemidos y ruidos de succión. Se folla por todos lados. Una gloria, coño.


viernes, 20 de abril de 2012

Noche sosa, pero de todo se saca provecho

Doy una vuelta por el Copper. Son las 22.00 horas aproximadamente. Poca gente. Muy poca. Me pido una cerveza. Hay un madurito con un chaval más joven. El chaval le come el rabo con ganas. Vamos, con premeditación y alevosía, podría decirse. Se nota que la sabe chupar bien y que le gusta.

Se lo montan al lado mismo de la barra. El Chaval se apoya en el mostrador y el otro lo encula despacio, dándole palmadas en los cachetes. Suspira el muchacho. Pero dura poco. Sigue chupándole la polla. Se van hacia la habitación de entrada. Me asomo. Y sigue mamándosela. Empieza a ser aburrido. Pero allí mismo hay dos chavañles de los que se ocupan del bar. Están metiéndose mano a saco. Al rato, se ponen a follar. Cuando mejor están suena el timbre y el que está siendo follado se levanta de golpe y se dirige hacia la puerta, dejando al otro con la polla tiesa. Sonrío. Y me meto dentro.

Va llegando gente. Uno de ellos es un maduro, bastante maduro. Me da morbo. Lo veo entrar en el cuarto oscuro y le sigo. Está sentdo en la cama. Me acerco a él y me coge la polla y se la lleva a los labios. Me chupa bien durante unos minutos. Bien.

Al rato lo deja y me salgo hacia la barra. Veo que alguien se ha bebido mi botella de cerveza y me ha dejado la suya vacía. No le doy importancia. Siempre hay caras por todos lados. Qué vamos a hacerle.

Se forman pequeños grupos junto a la barra. Bueno, más que pequeños grupos, realmente lo que hay son parejas que no parecen tener demasiado interés en admitir a otros. Me jode, pero lo respeto. Creo que cada uno es dueño y señor de sus actos. Así que me limito a mirar. Tampoco está tan mal. Mirar es otro placer.

Al rato, el maduro se mete dentro del cuarto oscuro y antes me lanza una mirada. Entro detrás de él y ya me está esperando. Le acerco la polla y chupa con ganas. Me acaricia los huevos. Yo le aprieto los pezones y él mama más deprisa. estamos un buen rato. bajo la mano para acariciar su polla, pero noto que apenas está empalmado. Se la acaricio y me dejo hacer.

Estamos así un largo rato. Hasta que siento como mis huevos suben hacia arriba y que mi eyaculación está a punto. Se lo digo. Le advierto, pero chupa más fuerte mientras me aprieta el culo contra su cara. Sé lo que quiere. Quiere mi lefa en su boca. Me muevo follándole la boca. Cada vez más deprisa. Descargo en su boca. Su lengua me recorre el capullo buscando la leche. Chupa y chupa limpiándome de semen.

Le acaricio la cabeza. Hay maduritos, como yo, magníficos. Nunca he entendido la prevención que algunos sienten por ellos. La chupan, la chupamos, con ganas y solemos ser respetuosos y amables. No aguanto los pesados que se empeñan en participar cuando se les niega, pero normalmente solemos entender perfectamente si nos rechazan y nos alegra que nos dejen participar. Como cualquiera, independientemente de su edad.

Me lavo las manos. Y salgo al bar. Siguen las mismas parejas chupándose y el chaval sigue chupando la polla del hombre más mayor. No ha sido un gran noche, pero, al menos, me han dado una buena mamada. Yo no he podido dar ninguna, pero otra vez, será

jueves, 23 de febrero de 2012

Bangala y sauna

He estado en el Bangala. Un aburrimiento. Me tomo un par de gin tonics. Hay algunos hombres que no están mal, pero poco movimiento. Me doy una vuelta por el interior. Alguno se pajea en la sala de video. Y poco más. Algunas parejas entran en las cabinas. Y cierran.

Hay una pareja formada por un oso un poco más joven que yo con un chaval como de treinta años, delgado y tímido. Se besan ferozmente. Me meto hacia el cuarto oscuro. Y nada. Pero entran los dos y se comienzan a comer los morros. Luego el chaval más joven se baja y le da una comida de polla fantástica. Al rato, le da la vuelta y se la mete. Gime el joven. Me acerco y me la chupa un momento mientras está siendo follado. dura poco.

Me aburro y me voy. Me acerco a la sauna que está muy cerca. Hay mucho movimiento. La sauna, nueva, está muy bien en servicios. Voy al jacuzzi y me meto dentro. Disfruto unos minutos. Salgo y me seco y recorro las instalaciones. Mucha gente en la puerta de una cabina. Pero yo he venido a buscar morbo. No me interesa entrar a solas con nadie.

Subo unas escaleras y voy hacia lo que podría ser el cuarto oscuro. Una enorme cama ocupa buena parte del espacio. Hay un hombre sentado, recostado en la pared y otro, con el culo en pompa, le está haciendo una mamada. Se oyen sus quejidos. Al lado de la cama hay dos tío. Uno de ellos tiene una polla enorme. Se la acaricio. El otro que está a mi lado hace lo mismo y exclama: "Joder que polla, tío".

Y es verdad. casi no me cabe en la boca. Noto como se endurece. El que está chupándosela conmigo, se quita la toalla y le ofrece el culo. Creo que no va a entrar. Pero, sorprendentemente, le entra y le escucho dar un suspiro de satisfacción. "Aaaaah, qué polla", dice. Le folla sin parar. Al rato le da la vuelta, le levanta las piernas y se la mete de nuevo. El muchacho no deja de suspirar y gemir. Me da la sensación de que le va a reventar. Pero debe de tener un culo bien entrenado.

Me pongo a mil. Me acercó a la otra pareja. Sigue el mamador con el culo en pompa. Le acaricio el ojete y veo que lo tiene empapado. Le follo con los dedos. Se deja, pero casi al momento se da la vuelta y se sienta de golpe sobre la polla que está chupando. Comienza una cabalgada violenta. Tengo la polla dura como hace mucho que no la tenía. Tengo unas ganas atroces de eyacular. El muchacho me la coge y me la chupa mientras le están enculando. Estoy en la gloria. Pasan unos minutos. El placer es demasiado fuerte. Se la saco de la boca y suelto un chorro de lefa. El muchacho tira de la polla hacia sí, se la mete en la boca y chupa mi semen. Me tiemblan las piernas.