lunes, 7 de marzo de 2011

Un cuarteto bi

Estamos en uno de los club de intercambio. Nos acariciamos lentamente. No tenemos prisa para nada. A nuestro alrededor hay otras parejas que follan o se acarician.
Una de las parejas está formada por unos chavales más o menos jóvenes, como de treinta años. Ella, delgada y morena, tiene un cuerpo espectacular. No son muy grandes sus tetas, pero están muy bien formadas y muestran unos pezones grandes y marrones. Él tiene una barba semidescuidada, el pelo largo. Es delgado también y tiene la polla en reposo. No se aprecia si es grande o no. Sé por experiencia que cuando se completa la erección hay ocasiones en que salta la sorpresa.
La chica se acerca a nosotros y empieza a besarse con mi amiga. Baja hasta su coño y lo lame con suavidad. Su pareja se tiende al lado nuestro. Estamos muy juntos los cuatro. La chica posa sus labios en mi polla e inicia una mamada lenta y suavemente. Mi amiga la come las tetas mientras el chico acaricia su culo.
De pronto noto una mano que me acaricia los huevos. No son de la chica ni de mi amiga. No me hace falta mirar para comprender que es el muchacho quien me está tocando. La mujer se retira un momento y entonces él me coge la polla en su mano y comienza a pajearme. Ante mi quietud, el hombre acerca su boca a mi polla y empieza a pasarme la lengua a lo largo del tronco. Lo dejo hacer.
Las dos chicas se han enrollado en un 69, muy pegadas a nosotros. Sus manos acarician sus cuerpos y, de vez en cuando, pasan sus dedos por nuestra piel. El hombre chupa ya sin tapujos mi polla. Yo busco la suya. Se da la vuelta. Se pone de lado y me acerca un pene ya en erección. Lo llevo a mis labios. Noto la suavidad de la piel. La verdad es que es maravilloso chupar una polla. La piel no tiene comparación en suavidad y tersura con nada.
La saliva se derrama sobre su miembro. Siento en el mío el calor de su boca. Su lengua me recorre el glande, se para en el agujero. Yo sigo su mismo ritmo. Estamos los cuatro en una escena de lo más caliente. De reojo veo cómo los demás nos miran con una cierta envidia. Pero nadie se acerca. Extiendo mi mano hacia un hombre que está casi pegado a nosotros. Delicadamente me la retira. Oigo que su pareja le murmura: "Déjate, déjate". Pero no lo hace y se retira un poco.
Me concentro en lo que tengo en la boca. Me encanta chupar. Es un placer difícil de explicar, muy sensual y muy morboso. Un coño o una polla es lo mismo. Me gusta comer, lamer, chupar.
Veo a las dos chicas que hacen ahora una tijereta. Se frotan los chochos (la chica lo tiene depilado, mi amiga peludo) y gritan y gimen sin preocuparse de nadie. Estallan casi a la vez y se quedan desmadejadas a nuestro lado. Nosotros seguimos chupandonos despacio. Ellas se besan y se acercan a nosotros. Nos quitan las pollas de la boca y comienzan ellas a mamarnos. Estamos tan pegados que siento en mi cara el roce de la otra chica mientras sube y baja por el sexo de su pareja. Mientras nos chupan, con una mano acarician los huevos de la pareja de la otra.
Siento la mano de la otra chica que busca mi culo. Me acaricia el agujero. Se mete el dedo en su coño y con su flujo me lo introduce en el culo. No sé lo que hará con el otro chico mi amiga. Pero a mí me está haciendo una mamada salvaje. Salta de pronto sobre mí. Se introduce mi polla en el coño y empieza a follarme. Se corre y yo exploto, notando en el culo el dedo de la muchacha que acelera sus movimientos al oir mis gemidos.
Cuando me calmo miro a la otra pareja. El hombre gruñe suavemente. Veo la leche de su polla resbalar de los labios de la muchacha y empaparle los huevos. Sonreímos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario