jueves, 24 de febrero de 2011

Ella

Mi amiga y yo hemos ido muchas veces a locales de intercambio. Han sido grandes experiencias. Una de esas noches, muy avanzada la madrugada, habíamos terminado de follar. Estamos descansando. Se podía fumar entonces. Desnudos, mírábamos a otra pareja que se movía a nuestro lado.
Mi amiga le había comido el coño a la chica y se había morreado con ella salvajemente, mientras su compañero follaba a mi chica. Mi amiga, a cuatro patas, recibía entre quejidos la polla del muchacho. Yo, tumbado, al lado, recibía las caricias de la mujer.
Me gusta mucho mirar. Ver como dos cuerpos se mueven, contemplar una polla entrando en el coño de una tía, mientras ella cierra los ojos y se la transforma el rostro. Igual que me encanta ver como una polla taladra el culo de un hombre mientras éste se queja y se pajea a la vez. Son imágenes de una gran belleza. O, al menos, eso me parece.
No me gusta la violencia en el sexo. Siento una especie de rechazo que me impide gozar. Respeto, no obstante, a quienes por libre elección, han escogido esta forma de placer. Aquella noche, la pareja que estaba a nuestro lado se comportaba de manera dulce y suave, aunque se dejara llevar por la pasión y se movieran furiosamente.
No suele ser corriente. Pero esa noche llegó a la amplia cama que compartíamos un par de parejas, otra pareja que se tumbó a nuestro lado. Ella no se desnudo del todo. Se quitó la camiseta y dejó ver unos pechos magníficos. El hombre la comía la boca y las tetas y nosotros nos fuimos acercando a ellos.
Comenzamos los toqueteos. Mi amiga pasó la mano por la entrepierna de la chica y sonrió. Me susurró:
-Tiene polla...
La tenía efectivamente. Poco a poco la fuimos desnudando. Chupamos entre los dos su polla que estaba dura y fuerte. Ella gemía mientras su acompañante no dejaba de besarla.
Entre mi amiga y yo la hicimos una larguísima mamada. Disfrutábamos de aquella polla que se mantenía tiesa y dispuesta. Mi amiga, se puso encima y empezó a cabalgarla. Era un polvo rápido y apasionado. Al fin se levantó de ella y pude apreciar la polla reluciente por los jugos de mi chica.
El hombre que había venido con ella, le dio la vuelta. La puso a cuatro patas y le clavó la polla en el culo. Casi sin prepararla. Ella se movió violentamente y aumentó sus gemidos. Después de un rato, el se corrió entre espasmos y se dejó caer desmadejado en el colchón.
Tomé entre mis manos la polla de ella y le hice una paja con toda la suavidad del mundo. Al cabo de un instante, un chorro de lefa salió de aquel miembro y me inundó la mano. Mi amiga había empezado a hacerme una mamada mientras yo la masturbaba. No aguante mucho. Me corrí con un grito. Mi amiga chupó mi semen. Luego acercó sus labios y me pasó toda mi leche a mi boca. Lo bebimos juntos.

3 comentarios:

  1. guau esto fué demasiado, quizás xq no soy bi.
    pero exitante al fin

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  2. Yo no he estado ni en saunas masculinas, ni en pubs de ambiente, ni en clubs de intercambios, en primer lugar porque mis "contactos" gays no quieren acompañarme a estos lugares y en segundo lugar porque no quiero ir sol@ supongo por timidez o miedo a lo desconocido. Así que después de leer tu blog de arriba a abajo y de prestar toda la atención a los detalles que das y las sensaciones que explicas, me parece como haber estado allí...
    Sigue pues deleitándonos con tus experiencias oscuras...
    M

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  3. Marlène: Nunca es tarde para iniciarse. Y no te animaré a empezar. pero la verdad es que se pasa muy bien.
    Niko: gracias por tu visita

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