viernes, 18 de febrero de 2011

Tres

Estábamos los tres. Ella, mi amigo y yo. Fue una tarde espléndida. Nos había recibido  con una sonrisa, como si no se lo esperara. Era una buena amiga, gozosa en el sexo y con un cuerpo fantástico.
Nos sentó en el sofá ante ella y nos empezó a cupar las pollas alternativamente. Nos desnudamos luego.
 Habíamos follado sin descanso, con juegos, chupadas, comidas de coño. En uno determinado momento, mi amigo acercó su mano a mi polla y realizó una caricia. Ella, con los ojos brillantes, le animó a chupármela. Se inclinó y me hizo una ligera mamada.
Nos daba risa. Y entre bromas y veras seguimos con los juegos a tres. Me pidió que follara a mi amigo. Lo intentamos. Pero no hubo forma. Se puso a cuatro patas y yo intenté, sin éxito alguno, metérsela. No podía. Ella me tumbó boca arriba y le dijo:
-Inténtalo asi.
Y se puso encima de mí. Lentamente fue metiéndose mi polla en el culo.
-No sabes... es una mezcla de dolor y placer fantástico.
Subía y bajaba y sentía la estrechez de su culo. Se la sacó con cuidado. Y le dijo a él que probara. Lo intentamos de nuevo. Nuestra inexperiencia lo hizo imposible.No hubo forma.
Decidimos seguir los juegos con ella. Mi amigo se puso encima e inició una follada rápida. Por la excitación se corrió enseguida. Soltó unos gruñidos y dejó en su coño un copiosa corrida. Se levantó. Yo estaba a su lado. Miraba el sexo de ella. Un hilo de lefa salía entre los pelos del coño.
Me eché encima  y comencé a follarla. Ella suspiraba. Es multiorgásmica y no dejaba de correrse continuamente. Yo notaba el semen chapoteando en su vagina. El morbo era increíble. Estuvimos jodiendo durante un buen rato hasta que solté un chorro de leche que fue a mezclarse con el de mi amigo.
Me quedé un rato dentro de ella. Sintiendo mi polla empapada y que, poco a poco, se iba ablandando.
Salí por fin de ella que lamió mi pene mientras la recorría el cuerpo un nuevo orgasmo. Nunca entendí cómo podía correrse de aquella manera.
Fue la primera vez de una larga historia en la que los tres buscamos nuevos placeres.
Mi amigo y yo hemos vuelto a intentarlo. pero nunca he mos llegado a la penetración. Sin embargo, hay que decir que hemos tenido días de sexo extraordinarios. Mamadas, lamidas. Besos.  Todo lo que se puede hacer entre dos hombres. Bueno, casi todo.
Hemos estado en bares y saunas. Nos hemos buscado y disfrutado, pero sin llegar a más. Yo ahora prefiero que me encule. No lo he conseguido, aunque lo seguimos intentando. Desde hace un tiempo mis erecciones no son las mismas. Y por eso quiero intentar ser pasivo. Algún día sentiré lo que mi amiga decía que era una mezcla maravillosa de placer y dolor.

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